Los Juegos Deportivos Nacionales Estudiantiles de Venezuela representan la máxima expresión del deporte escolar en el país.
Nacieron con el propósito de fortalecer los valores educativos a través de la actividad física y el espíritu competitivo, promoviendo la inclusión, la disciplina y el talento desde las aulas. Desde su primera edición en 2007, estos juegos se han consolidado como una plataforma fundamental para la formación de futuras generaciones de atletas, involucrando a millones de estudiantes de todos los rincones del territorio nacional.
Organizados conjuntamente por el Ministerio del Poder Popular para la Educación y el Ministerio del Poder Popular para la Juventud y el Deporte, los juegos se desarrollan en varias fases: desde los encuentros intercursos en cada institución, hasta una gran final nacional que reúne a los mejores talentos estudiantiles.
Este evento no solo fomenta el rendimiento deportivo, sino también la identidad, el trabajo en equipo y el orgullo por representar a cada estado.
Con más de una década de historia, los Juegos Estudiantiles han sido semillero de grandes figuras del deporte venezolano, convirtiéndose en un hito anual dentro del calendario educativo y deportivo del país.
Intercursos (marzo‑abril): en 2025 se involucraron 2.258.268 estudiantes de 16.186 escuelas (23 estados + Caracas), con equilibrio de género (46 % mujeres)
Estados líderes en participación: Carabobo (215.533), Zulia (193.440), Táchira (148.148), entre otros.
También incluyó deportes adaptados, con 75 estudiantes en paratletismo y baloncesto 3×3, y una reserva nacional de 6.515 atletas.
Fase parroquial y municipal comenzó el 25 de abril en Aragua, y la nacional se celebró del 23 de junio al 8 de julio de 2025.
Yulimar Rojas, aunque vinculada a los Juegos Nacionales (no exclusivamente estudiantiles), ganó oro en salto con altura durante los XVI Juegos Estudiantiles en 2012, estableciendo una marca de 14,81s en los 100 m vallas.
En la historia previa, Luis “El Hueso” Navarro, exitoso atleta escolar desde 1948, llegó a anotar 107 puntos en un partido de baloncesto en 1957, ganando un récord Guinness.
Este evento promueve el deporte, la convivencia y el espíritu competitivo entre los estudiantes, fomentando valores como la disciplina, el trabajo en equipo y la superación personal.
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